Para el inicio de la segunda temporada del 2007, el Junior de Barranquilla ofreció el cargo de Director técnico al Pibe Valderrama, quien no aceptó esta designación y sugirió ser el General Manager del equipo, nombrando a Luis Grau en la dirección técnica.
El Pibe tiene la misión de armar un cuadro de categoría a la altura de la tradición del Junior y de lo que pretende su afición. Sin embargo Valderrama ha iniciado su proceso en Junior diseñando un equipo mediocre por la calidad y trayectoria de los refuerzos traídos, a la fecha, completando una nómina que esta lejos de la del Nacional, Cali o Cucutá y lejos de lo que sueña Barranquilla.
No hay referentes en este equipo ni contrataciones que lleven aficionados a las graderías del Metropolitano. Oscuro panorama que no cambiará en nada las malas temporadas de un equipo que tiene su gran falencia en la parte directiva, encargada de llevarle la contraria a los hinchas junioristas y de ir de espaldas al marketing actual.
