miércoles, 11 de abril de 2012

BIOGRAFÍA DE BIELSA (9)


'LO SUFICIENTEMENTE LOCO', UNA BIOGRAFÍA DE MARCELO BIELSA (9)







SU TRABAJO EN DIVISIONES INFERIORES

... "EL CHICO ESTÁ PREPARADO PARA DIRIGIR EN PRIMERA
"


Aquellos que vieron jugar a alguno de sus equipos de amateurs, comprueban que Bielsa siempre pregonó el mismo fútbol. Martín Prieto es uno de ellos, quien detalló en el libro "La vida en rojo y negro", cómo se veía desde arriba la cobertura de todo el campo mediante las diagonales y las verticales permanentes de los jugadores, que aspiran a una coordinación casi mecánica; "En la cancha, frente al modestísimo Deportivo Armenio, aquella tercera de Bielsa desplegaba figuras raras: como los rayos de un paraguas que se abría y se cerraba, nueve de los once iban y volvían, y aquello, por el calor, por la hora, era más bonito de ver que cuando sucedió, unos años más tarde, con el mismo equipo y por la gloria".

En 1982, Eduardo Bermúdez, quien estaba a cargo de la reserva de Newell's se marchaba a la primera de Central Córdoba, generando un ascenso y enroque de entrenadores. Bermúdez conocía a Bielsa porque lo había dirigido en la tercera campeona de Newell's en 1976. Todavía tiene patente aquella mañana de la propuesta: "Marcelo decía que quería empezar a trabajar y nosotros estábamos buscando técnicos. Lo encontré en pleno centro de Rosario, en la peatonal Córdoba y Corrientes. Y le planteé si quería asumir en las inferiores. Desde ahí, enseguida fuimos al club y lo hablamos con Griffa".

En esa época, Newell's no participaba en el fútbol amateur de la Asociación del Fútbol Argentino. Sólo la reserva, que años después, dirigida por Marcelo, sería campeona en la temporada 1989/ 90, a 9 puntos de River.

Las divisiones menores de Newell's competían únicamente en la Asociación Rosarina, torneos de menor nivel en los que el grupo que avanzaba siendo dirigido por Marcelo marcaba la diferencia. Fernando Gamboa, Darío Franco, Eduardo Berizzo, Lorenzo Sáez, un delantero llamado Mario Sciacqua que relegaba a Gabriel Batistuta a ser suplente, un gran valor que no llegó a primera como "Perico" Pereyra, entre otros, eran aquellos que ganaban los sábados y soportaban la meticulosidad de su técnico en la semana, quien por ese entonces empezaba a ser apodado "loco".

Jorge Griffa, director general del fútbol amateur de Newell's desde 1973, ya preveía la gloria. Y privilegió esa carnada, a la que se sumaría lo mejor de las categorías más chicas, como Mauricio Pochettino, Cristian Ruffini, Alfredo Berti y Ricardo Lunari, en función de que entrenador y jugadores compartiesen cada experiencia y llegaran juntos a Primera División. Por eso aquello de "unos años más tarde, con el mismo equipo y por la gloria".

Así se formó la "cuarta especial", que reclutaba lo mejor de la cuarta y quinta divisiones del club, y reunía un equipo que era motivo de charla entre los típicos habitué del fútbol de chicos. Griffa repasa que "era la primera vez que se hacía en el país, tratar de llegar con una carnada de jugadores del fútbol juvenil a una competencia de primer nivel. Pero teníamos que esperar, no iba a dejar que Marcelo tuviera el error que yo cometí: dirigir a los mayores sin foguearme abajo. Esperé el momento oportuno para decirle al presidente del club, Mario García Eyrea, 'el chico está preparado para dirigir la Primera'".

El envión para asumir como técnico de profesionales, fue el éxito que dio un plan novedoso pensado por Griffa, el maestro, y diseñado y llevado a cabo por Bielsa, el mejor alumno. Recuerda aquél: "Marcelo fue muy ansioso siempre. Sólo los años lo fueron templando, lo hicieron madurar. En 1988 lo mandé por todo el país para marcar distintos polos de referencia y así ganarle de mano a los otros clubes. Nos propusimos sentar a Newell's en la mesa de los grandes".

Griffa canalizó las ganas y la energía de un hombre que se define como un "insaciable buscador". Bielsa dibujó 70 divisiones en la Argentina, con la misión de designar en cada una a un representante, quien se encargaría de realizar 5 subdivisiones y reclutar 3 chicos de cada una, para dar un total de 1050 potenciales futbolistas anuales para Newell's. Se trataba de ir a buscar el talento, no esperarlo, no conformarse con las zonas históricas de Córdoba y Santa Fe aledañas a los campos, donde los pibes crecen y logran una importante contextura física.

Pero los contactos con cada representante debían ser formales, a cada uno debía darle las directivas. Así fue como manejando su Fiat 147 recorrió la longitud y la latitud del país, en dos meses y medio, llegando a un total de 25.000 kilómetros, en cinco etapas de 5.000. Lo que lo sorprendió fue el culto de la palabra empeñada de la gente del interior: "Los contactos los hacía por teléfono. Yo llamaba a la oficina pública de Tartagal, por ejemplo, nadie me conocía, pero preguntaba quién entendía de fútbol en el pueblo y armaba una entrevista. Lo grande fue que armé reuniones en setenta lugares y nadie me falló".

Daniel Carmona, secretario técnico en las inferiores, fue una de las personas a las que acudió para que lo ayudara. "Juntos hicimos con escalas milimétricas el recorrido que tenía que hacer. Visitó casi toda la república. Cuando terminamos el trabajo me dio un premio, porque sabía que yo tenía un pequeño sueldo por trabajar en inferiores. Marcelo se preocupaba por todos. Después en Primera, preguntaba si los jugadores estaban al día, pero también si cobraba la señora que lavaba las sábanas de la concentración".

Para el recorrido se valió de su gente de confianza. En primer lugar, Oscar Isola, de gran vitalidad más allá de sus 75 años. Tenía un taller y era capaz de solucionarle cualquier problema mecánico. Oscar falleció en el 2001, pero su hijo Pedro evoca: "Hicieron dos viajes. El primero, por toda la Mesopotamia, durante una semana. El segundo, de diez días, hacia el Sur; llegaron hasta Río Negro, me acuerdo que desde Cipolletti trajeron manzanas. A veces manejaba mi papá y mientras, Marcelo hacía sus anotaciones".

María Isola, la esposa de Oscar, tiene presente el gusto de Marcelo por sus pasta frolas y la historia de la relación: "Un amigo en común presentó a mi marido con Rafael, el padre de Marcelo. Así armaron su relación, afianzada por un equipo de cacería que formaron y con el cual generalmente se iban a Victoria, Entre Ríos. Del viaje con Marcelo, Oscar guardó muy buenos recuerdos. No llamaban desde allá, porque la idea era hacer todo lo más rápido posible. Mi esposo cocinaba, incluso arriba del auto, y Marcelo le pedía que hiciera cualquier comidita para seguir el camino. No quería recorrer, ni parar en ningún lado, menos en los lugares poblados, como mucho estar 25 minutos en cada pueblo".

Luego lo acompañó Luis Milisi, un amigo, con quien se separó en pleno viaje: "Estaba vendiendo repuestos y quiso cambiar las reglas del viaje, que consistían en que me acompañaría a todos lados. Me dijo: 'usted me deja en San Pedro, yo trabajo todo el día y mañana, cuando regresa de Oran, me pasa a buscar y seguimos. Eso sí, se va a tener que meter seis kilómetros adentro, porque el pueblo está alejado de la ruta...'. Le advertí que estuviera entre las 9 y las 12 en el camino. Se ofendió y amenazó con volver a Rosario en micro. Entonces me bajé, le dejé el equipaje en el asfalto y le di la mano. No volví la cabeza porque debe haber sido muy duro verlo al Lulo parado en un colectivo lleno de coyas", contó Bielsa en "El Gráfico" en 1992.

Los años en los que dirigió inferiores, mostraron el estado más puro de su carrera como técnico, su más puro nivel de creatividad. A la primera carnada que dirigió, en la que se destacaban Roberto Sensini y Abel Balbo, les hacía llevar palos de escoba para utilizarlos como estacas en los entrenamientos de conducción.

Griffa lo caracteriza: "Piensa y se maneja como un hombre de divisiones inferiores". En este sentido se relacionó a principios del 2000 con Francisco Maturana, director técnico de la selección de Colombia en aquel momento, quien todavía lo recuerda: "Por Bielsa guardo un respeto absoluto y mucha admiración. Hablé con él de la importancia que le da a la formación de los jugadores. Uno trabaja con futbolistas ya formados y él considera que hay que mirar esa primera etapa, la que llevó a cabo en Newell's. Queríamos compartir su experiencia en una charla con todos los técnicos de Colombia. Consideramos que la Copa América era el escenario ideal para volcarle nuestras inquietudes. Lamentablemente la ausencia de Argentina nos privó de aquel deseo".

Acompañar los primeros pasos de un deportista, algo no demasiado redituable, habla de su vocación, de respirar constantemente fútbol, de su más sincero sentimiento: "Fui feliz cuando disfruté del amateurismo, cuando crecí enamorado de mi trabajo. Tengo un sentimiento profundo por el fútbol, por el origen del juego, por el picado y por el baldío. Desprecio todo lo añadido, todo lo que le fueron agregando para convertirlo extrañamente en deseado".

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