viernes, 9 de marzo de 2012

ESPIRAL SIN SALIDA

ESPIRAL SIN SALIDA


Solemos censurar al futbolista quien es el producto final de un proceso mal elaborado. Señalamos el efecto, archivando con ello la búsqueda de las cusas que lo producen.


En el Atlántico los Clubes Deportivos de Fútbol son, en gran mayoría, el equipo de un apasionado del fútbol que decide crear una “escuelita” e inscribir su equipo en la Liga de Fútbol. No existe ningún conocimiento de administración deportiva. Hay algunas escuelas ligeramente organizadas.


En todos los casos, salvo contadas excepciones, los Clubes son financiados por los niños quienes deben pagar el transporte a los partidos y una cuota para el agua, el arbitraje y el saldito para que el Director Técnico regrese con “algo” a casa. En algunos equipos los niños deben entregar una cuota por cada entrenamiento para pagar el alquiler de la cancha, adicional a lo anterior deben llevar una panela para la hidratación. A otros se les cobran los uniformes de práctica, presentación, de competencia y la estampación de los mismos.


Todas las Escuelas y equipos tienen un lugar común: “No solo formamos jugadores sino personas”. No saben que la formación de personas es asunto de profesionales que deberán llevar a cabo una metodología pedagógica para iniciar el proceso de formación. El comportamiento de los educadores que ejercen la responsabilidad de formadores debe ser coherente con los valores que se pretenden inculcar. Recordemos que los valores se aprenden a través de una correcta metodología y por contagio.


Es necesario también crear una escuela de padres. Los dueños de equipos y profesores que, generalmente, son la misma persona, deben mantener independencia con respecto a los padres de familia.


Los niños menores deben ser entrenados por profesores que tengan conocimientos de coordinación y motricidad. Tienen que ser pedagogos. De lo contrario no se está haciendo la tarea.


Desde otro lado cuando llegan a la competencia los niños juegan en partidos cuyos árbitros conocen el reglamento pero no la docencia que es necesaria cuando se dirigen encuentros en las categorías menores.


Antes de censurar la formación de nuestros deportivas debemos reevaluar la estructura organizativa del fútbol en las categorías básicas. Antes de exigir jugadores con buena formación debemos exigir que sean dirigidos por formadores en todo el sentido de la palabra.


El niño cuando entra a un equipo o escuelita carente de organización y sin formadores con la capacitación para merecerse el titulo de Maestros, entra a un espiral sin salida en el cual inicia como alumno y años más tarde toma el mando como profesor dejándose llevar por sus paradigmas.

1 comentario:

Karlosar dijo...

Profe, muy buena la critica. Y en verdad esto ocurre en todo el país. Afortunadamente ya está en trámite el proyecto de ley 248 de 2011 que busca reglamentar nuestra profesion, en función del desarrollo del deporte y una labor mucho más pedagógica en los procesos formativos...