miércoles, 7 de marzo de 2012

MOTIVACIÓN, ERRORES, ACTIVACIÓN Y MIEDO.


MOTIVACIÓN, ERRORES, ACTIVACIÓN Y MIEDO.

Por:

Lic Julia Alvarez Iguña

Psicología del deporte aplicado al Alto Rendimiento

La misión de un entrenador es integrar sus objetivos con las metas del grupo. Para ello debe trabajar desde distintos lugares. Hoy me centraré en la motivación. Para motivar son varios los tópicos que el entrenador debe tener en cuenta. Por empezar, distinguir qué clase de motivación los lidera, la motivación externa centrada en resutados, o la motivación interna centrada en la constante superación.

Partamos que esa misma pregunta es la que también debe hacerse el entrenador: ¿Por qué entreno? ¿Qué quiero lograr? ¿Cómo soy? ¿Qué busco? ¿Liderar, enseñar, figurar, mandar, nadie sabe como yo? ¿Por qué hacemos cosas en la vida? Por ejemplo: ¿Por qué entrenamos el deporte que nos apasiona? ¿Para cansarnos, para transpirar, para perder tiempo, por decir solamente fui a entrenar, por cumplir, por alcanzar metas, por romper records, cumplir una obligación, por figurar, para divertirme?

La motivación va unida a la voluntad y, junto con los instintos y los impulsos nos movilizan a la acción. Implica necesidades, deseos, expectativas, un motivo por el cual ponerse en marcha hacia la obtención de un deseo, es ponerse la camiseta y hacerla piel. Muchas veces los entrenadores han sido jugadores, y el cambio de jerarquía y de rol los lleva a pensar desde su misma subjetividad. Si bien implica ricas experiencias de juego por las que han vivido, eso no genera un paralelismo en pensar que sus jugadores tendrán su misma motivación y amor por el deporte.

Cada jugador posee una historia distinta que lo identifica en su singularidad, no todos vienen de jugar en equipos ni poseen la misma experiencia de juego. No se puede esperar que piensen actúen, o tengan la misma motivación, actitud o estilo de juego del entrenador. Son cosas que a veces no se piensan, pero se le exige al equipo, se baja línea y se dan como sobre entendidas. No conciben como un jugador no puede aprender una técnica, o es un poco torpe, o no llega a las expectativas necesaria. Pensemos que no existen las destrezas innatas, son habilidades a trabajar que implican paciencia y dedicación de su maestro. Uno no nace, se hace.

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